El uso de las tildes según usuarios de lectores de pantalla.

Las personas con discapacidad visual que usan lectores de pantalla agradecen la escritura con buena ortografía, sean o no conscientes de ello, debido a que estos programas informáticos, tanto en computadoras como en otros dispositivos, reproducen con voz robótica los textos tal y como están escritos. De manera que si están mal puntuados y carecen de acentos gráficos, la pronunciación no será sino un reflejo mecánico exacto, difícil de entender para quien escuche.

Lo primero que se puede destacar es que este fenómeno en el que los ciegos se interesan por la correcta escritura no es nuevo. Se remonta al siglo XIX por lo menos, y está muy relacionado con el propio desarrollo del sistema braille. Como es bien sabido, Louis Braille desarrollo su sistema de lectura y escritura a partir del sistema de lectura nocturna del capitán Charles Barbier de la Serre. Sin entrar en detalles, solo diremos que este sistema no preveía las letras con tilde, y que su fuerte era que permitía la representación de sílabas, lo cual podía ser útil para la transmisión de mensajes sencillos, pero que nunca alcanzaría los niveles de precisión de la escritura visual. Para entonces, un hombre de la clase social del capitán Barbier podía considerar que la ortografía era cosa de clases muy bien educadas y acomodadas, y que de poca utilidad iba a ser para pobres y menos aún para ciegos.

Louis Braille no estuvo de acuerdo. Si bien su sistema debe mucho al sistema de Barbier, su propuesta lograba los mismos niveles de precisión ortográfica que la escritura visual debido a que incluía las vocales con las tildes agudas y graves, los circunflejos y las diéresis del francés. Lo mismo ocurrió con las sucesivas adaptaciones realizadas en los más diversos idiomas. En el caso del español, se previeron signos para las cinco vocales acentuadas, para la “ü” y para la “ñ”, cosa que es muy de agradecer.

Ahora bien, en tiempos de tecnologías de información y lectores de pantalla, la ortografía sigue siendo tan importante como siempre, al menos para las personas ciegas. Si un lector de pantalla se encuentra la palabra “lapiz”, así sin la tilde, pronunciará el acento prosódico en la última sílaba, de acuerdo con la regla de la lengua española. Un texto sin tildes sería muy difícil de comprender si se obliga a la mente a ir corriendo detrás de una voz que se reproduce a doscientas o trescientas palabras por minuto. Asimismo, los lectores de pantalla suelen tratar de pronunciar las abreviaturas tal y como se escriben, no como se pronuncian las palabras que representan. Claro está que se prevén arreglos para que los lectores de pantalla reproduzcan de forma completa las abreviaturas más convencionales, pero esto ciertamente no incluye aquellas que la gente inventa mientras escribe.

Por otra parte, las personas ciegas que usan lectores de pantalla suelen escribir lo mejor que sea posible según su nivel de manejo del lenguaje escrito. Esto se debe a la facilidad que ofrece el programa informático para que el usuario reconozca sus propias faltas de ortografía, al menos esas que tienen implicaciones reconocibles en la pronunciación. Estas posibilidades se ven claramente potenciadas en combinación con las facilidades que ofrecen los procesadores de texto para la revisión ortográfica, sobre todo cuando se usan con suficiente criterio.

Una revisión sencilla de un texto mediante lectores de pantalla revela una gran cantidad de errores que a veces pasan desapercibidos a quienes se manejan con escritura visual. La posibilidad de contratar un corrector ciego en proyectos editoriales puede no sonar como algo muy lógico, pero muchos editores se pudieran llevar sorpresas si lo hacen. El lector de pantalla no admite excepciones en cuanto a pronunciar las palabras incorrectas tal y como están escritas, y los desastrosos resultados pueden ser más llamativos al oído que a la vista. He ahí la ventaja.

Por otra parte, lectores de pantalla menos desarrollados, como algunos que se utilizan para teléfonos inteligentes, cambian el idioma de pronunciación al inglés cuando una determinada palabra no está correctamente acentuada, ello sin mencionar que también suelen alternar la voz utilizada, y ralentizar la lectura durante el proceso. Ello hace que los textos mal acentuados se vuelvan incomprensibles y exasperantes.

Recientemente el portal de BBC Mundo publicó un artículo titulado “La ciencia de la tilde: ¿es hora de eliminar el acento gráfico?”* Al preguntarse si realmente las tildes ayudan al reconocimiento de las palabras, se responde con resultados de estudios científicos que parecen indicar que las personas adultas no los necesitan. Sin embargo no se deja de valorar su importancia en el aprendizaje del idioma o en la correcta pronunciación de palabras desconocidas por el lector. Por ahora no parece haber estudios similares con el uso de lectores de pantalla.

Sin embargo reiteramos que los textos no acentuados son ciertamente más difíciles de comprender por parte de usuarios de lectores de pantalla, y que en estos casos habría que hacer que tales programas hagan lo que hace la mente de los lectores adultos, es decir, prescindir de las tildes sin comprometer la comprensión ni la velocidad de lectura, lo cual no parece ser posible para las máquinas, al menos con las tecnologías actuales.

Así que si nos preguntan si llegó la hora de prescindir de las tildes, la respuesta es que no, que ya es suficiente con la mala ortografía cotidiana como para que lo mal escrito se vuelva regla del español. Esa al menos es nuestra opinión al considerar las posibilidades y límites de las tecnologías actuales.

 

·         https://www.bbc.com/mundo/noticias-59798654 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Bienvenidos a la Asociación Civil Red Ciega

Lectores de pantalla para personas con discapacidad visual

Algunas curiosidades del sistema braille